miércoles, 13 de noviembre de 2013

EL GENOCIDIO DE JARAGUA.

Por: Tirso Medrano.


El 16 de septiembre de 1501, la corona española nombra al Comendador de Lares y miembro de la orden militar de Alcántara Fray Nicolás de Ovando, como gobernador de la Colonia de Santo Domingo; en la clausula 21 de la encomienda dada dice expresamente los siguiente: ¨al tiempo que procurara la conversión de los indios al cristianismo, no permitirá la entrada de personas sospechosa en la fe, como moro, judíos, herejes, convertidos, salvo si fuesen esclavos negros que hayan nacido en poder de cristiano.¨ el 15 de Abril de 1502, llegaba a la colonia de Santo Domingo, con 30 naves y 2,500 hombres, Fray Nicolás de Ovando, quien es enviado a sustituir al Gobernador Francisco de Bobadilla. Es bueno señalar que dentro de ese numeroso personal vino a probar fortuna con apenas 28 años, el joven Bartolomé de las Casas. Este joven español vio tanta injusticia contra los aborígenes que en el 1510, a los 36 años es ordenado sacerdote en la Colonia de Santo Domingo y en el año 1514, hace su conversión definitiva en Sancti Espíritus, en la Colonia de Cuba. En el 1522 a los 49 años ingresa en el noviciado de la Colonia de Santo Domingo, como fraile dominico de la cual sale definitivamente indignado en el año 1535, por los tantos abusos a los nativos y africanos esclavizados. El año siguiente el Gobernador Nicolás de Ovando parte hacia el Cacicazgo de Jaragua con la expresa decisión de eliminar cobardemente a todos los habitantes de ese poblado aborigen. Los acompañan 460 soldados quienes degollaron por ordenes de Ovando a 80 Caciques con sus respectivos hijos y esposas y más de 10 mil aborígenes indefensos. De este acto cobarde narra Fray Bartolones de Las Casas, quien fue actor presencial de tan arrendo crimen….¨que alguna gente que pudo de esta inhumana matanza huir, pasaronse a una isla llamada el Guanabo, que está a ocho leguas de allí, dentro en la mar, en sus barquillos o canoa, por escapar; a todos los cuales, porque se huyeron de la muerte, condenó a que fuesen esclavos y yo tuve uno de ellos que me lo dieron por tal.¨Gran humillación le hicieron a la Cacica Anacaona, la reina del cacicazgo, quien recibió a el Comendador Ovando y sus genocidas con un homenaje de cantos y bailes por 300 jóvenes doncellas iniciadas al culto de la cacica, de Jaragua, después de violarla, fue amarrada y traída desnuda a la ciudad de Santo domingo, donde fue degollada en una plaza pública y sus resto esparcidos por los caminos. Fue tal la barbarie que la población aborigen fue diezmada al punto que ese mismo año los Reyes, ordenaron esclavizar a los aborígenes caribes que Vivian libres en el archipiélago de islas del mar Caribe. 
Sigue narrando el padre Las Casas. ¨Tenia concertado que los de caballo cercasen la casa y los de fuera y dentro estuviesen aparejados, y que cuando el pusiese la mano en una pieza de oro que tenia a los pechos colgada, comenzasen a atar a los señores que dentro estaban y a Anacaona primero, sacadas todas sus espadas y después hiciesen lo que más le estaba mandado.¨………………….¨sacan los satélites sus espadas, tiémblenles a Anacaona y a todos aquellos señores las carnes, creyendo que los querían despedazar, comienzan a dar gritos Anacaona y todos a llorar, diciendo que por que causa tanto mal. Los españoles dancé prisa en los maniatar; sacan sola a Anacaona maniatada; ponense a la puerta del caney o casa grande gentes armadas, que no salga nadie; pegan fuego, arde la casa, quémense vivos los señores y reyes, en su tierras desdichados, hasta quedar todos, con la paja y la madera. Hecho brasa. Sabido por los de caballo que comenzaba los de pie a atar, comienzan ellos encima de sus caballos y con sus lanzas todo el pueblo corriendo, alancear cuantos hallaban. Los españoles de pie, con sus espadas, no dormían entonces, sino que cuantos podían desbarrigaban. Y como se había llegado infinito número de gente de diversas partes al recibimiento, negro para ellos, del nuevo Guamiquina de los cristianos, fueron grandes los estragos y crueldades que en hombres viejos y niños inocentes hicieron. Y el número de gentes que mataron.¨ todos esos crímenes de lesa humanidad, los hizo Ovando en nombre de los Reyes de España y la iglesia Católica. Puede considerarse como el primer exterminio racial en el continente americano. Similar 4 siglos después a los exterminios del nazismo Hitleriano en contra de los judíos en los campos de concentración de Dachau, Sachsenhausen, Buchenwald, Flossenburg, Mauthausen y Ravensbrück; Auschwitz-Birkenau, Natzweiler, Neuengamme, Gross Rosen, Stutthof, Lublin-Majdanek, Hinzert, Vught, Dora y Bergen-Belsen. Perdonando el espacio y el tiempo histórico de los acontecimientos. 

GUACANAGARIX


Guacanagarix era el cacique del cacicazgo de MARIÉN, uno de los cinco cacicazgo en que se dividía la isla de Haití en el momento del choque cultural en el 1492. Guacanagarix fue el que recibió a amablemente a el Almirante Cristóbal Colón, prestándole auxilio después de que la nave Santa María encallara su primer viaje, el 25 de diciembre de 1492. El Almirante aprovechando los resto de la nao, construyó un pequeño fuerte el cual le llamó Fuerte de la Navidad, construido en la rivera de la costa del Cacicazgo de Marién. El Almirante dejo allí treinta y nueve hombres al mando del capitán Diego de Arana.

Colón había regresado a España, llevando muestras de oro, y cuantos objetos de valor pudo conseguir en esta isla donde intercambiaba espejitos y alhajas por oro.  También llevo como muestra a  seis aborígenes. Se presentó en las cortes de Barcelona en 1493,donde le presento a los monarcas los objetos y estos indios los cuales fueron  bautizados siendo padrinos los reyes católicos y  su hijo el Infante Juan.
A uno lo bautizaron con el nombre de  Don. Bernardo de Aragón, el cual se decía que era pariente del cacique Goacanagari, según refiere el cronista de  indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, que participó en aquella ceremonia. Otro fue bautizado como Don. Juan de Castilla y lo mismo se hizo con los demás. El indio, Don. Juan de Castilla fue incorporado a la casa real del Infante Don. Juan, a petición de este, con orden expresa de ser tratado como si fuera el hijo de un caballero principal, de Don Juan de Castilla se supo que  falleció en España. Del indio, Don. Bernardo de Aragón, se supo que juntos con los demás  regresaron a la Colonia La Española o isla de Haití en el segundo viaje del Almirante Cristóbal Colon.
Guacanagarix le enseñó a Cristóbal Colon toda la región del Cibao, llevándolo por todo el valle de  la Vega y veía tranquilamente como los españoles aniquilaban despiadadamente a  los aborígenes.
El Cacicazgo de El Marién, era  uno de los 5 cacicazgos de La isla de Haití o la Española,  hoy, República Dominicana y Republica de Haití, el cual ocupaba una parte del noroeste de la isla, la cual estaba dividida en 14 nitaínos. Su asiento principal estaba en un lugar conocido como El Guárico, cerca de la actual ciudad de Cabo Haitiano, en la Republica de Haití.
Este cacicazgo abarcaba los hoy territorios de  las provincias Monte Cristi, Dajabón, Santiago Rodríguez, Valverde y parte de Puerto Plata, en la República Dominicana, y todo el territorio localizado al Norte del río Artibonito, en la Republica de Haití.
GUARIONEX
El cacicazgo de MAGUÁ gobernado por el cacique Guarionex, estaba dividido en 21 nitaínos. Este cacicazgo comprendía todo el nordeste de la isla, teniendo su asiento cerca del actual lugar delSanto Cerro, en La Vega. Este abarcaba, las provincias Puerto PlataEspaillatSalcedoDuarte,Sánchez RamírezMaría Trinidad SánchezSamaná, y parte de las provincias de SantiagoLa VegaMonseñor Nouel.
Originalmente este territorio estuvo poblado por los ciguayos que ocupaban principalmente lapenínsula de Samaná. Según Bartolomé de las Casas, el idioma ciguayo estaba en un estado moribundo hacia 1502 y definitivamente extinto hacia 1527. Aunque sólo se conoce una única forma léxica del ciguayo, lo cual no permite clasificarla, De las Casas aclara que esta lengua era diferente del taíno y del macorí hablado más al sur.
Después de leer varias versiones nos acogeremos a esta que narra Fray Bartolones de Las Casas,en su Historia de las Indias, Guarionex, de talante pacífico, no pudiendo hacer frente al pago de los tributos, determinó refugiarse con alguna de su gente en el cacicazgo del ciguayo Mayobanex,situado al norte de la isla. Bartolomé Colón se dispuso a capturarlo y descubrió su paradero. Envió varios mensajeros a entrevistarse con Mayobanex para conminarle a que le entregase a Guarionex, pero el cacique se negó alegando que el señor de Maguá jamás había hecho daño a nadie. El Adelantado atacó entonces el poblado y Guarionex y su protector se escondieron en las montañas. Finalmente, Guarionex fue reducido por los españoles y encerrado en la fortaleza de la Concepción.
Al cabo de tres años, Guarionex fue enviado a Castilla en una de las naves de la flota de Antonio de Torres. En ella iban también el comendador Bobadilla y Francisco Roldán. La flota zarpó a principios de julio de 1502 y dos o tres días después sobrevino una gran tempestad que provocó un naufragio, pereciendo cuantos iban en ella.


CAYACOA
El cacicazgo de HIGÜEY era gobernado por el cacique CAYACOA y estaba dividido en 21 nitaínos. Su superficie abarcaba toda la porción sureste de la isla. Tenía su asiento donde se ubica la actual ciudad de Higüey. Este cacicazgo se extendía desde Cabo Engaño hasta el río Haina.
La diosa madre del cacicazgo de Higüey era Atabeira, que significa "Madre de la Piedra Original".
En este territorio pudieron haber vivido también grupos de lengua no arawak como los macorís, que de acuerdo con Bartolomé de las Casas hablaban una lengua diferente del taíno de Jaragua y del ciguayo hablado más al norte.
El cacicazgo abarcaba los territorios que  hoy  pertenecen a provincias de la Republica Dominicana tales como  Santo Domingo, El Seibo, Hato Mayor, La Altagracia, La Romana, Monte Plata y San Pedro de Macoris.
Cayacoa y Caonabo eran los dos caciques más feroces contra los invasores españoles.

ENRIQUILLO


La mayoría de los historiadores concuerdan en que Enriquillo y el cacique Guarocuya eran la misma persona. En tal caso, Enriquillo pertenecía a la alta aristocracia del cacicazgo de Jaragua. Guarocuya era sobrino de Anacaona, hermana del cacique de Jaragua Bohechío y su eventual sucesora cuando Bohechío fue muerto. Anacaonaestaba casada con Caonabo quien era el cacique del reino vecino de Maguana. Una minoría de historiadores difieren alegando que Guarocuya fue capturado y ahorcado, mientras que Enriquillo triunfó en su alzamiento. La mayoría de los historiadores creen que ambos rebeldes fueron la misma persona, y que los reportes de la muerte deGuarocuya son idénticos a las versiones más verificables sobre la muerte de Anacaona. Esto brinda la posibilidad de que las historias hayan sido confundidas. También ha sido documentado que Enriquillo estaba casado con la mestiza Mencía, nieta de Anacaona.


El 27 de septiembre 1535 fallece el indómito cacique Enriquillo, quien se encontraba residiendo en Azua y padecía de tuberculosis desde el mes de agosto de ese mismo año.

Enriquillo era un aborigen nativo de la isla de Haití que fue llevado a Padre Las Casas, siendo todavía un niño, al convento de los Franciscanos, ubicado en una villa española llamada de la Vera Paz, con fines de conversión a la religión cristiana. Allí fue convertido y bautizado con el nombre de Enrique, al que posteriormente se le agregaría el apodo de Enriquillo. Por su alto grado de inteligencia y habilidad, aprendió correctamente la lengua española y asimiló las costumbres de los habitantes.

Ya hombre, se casó con Mencía, nieta de Anacaona, cacica ahorcada en la ciudad capital por el gobernador español Nicolás de Ovando. Enriquillo perteneció al repartimiento otorgado a Francisco de Valenzuela, en la villa de San Juan de la Maguana. Ese repartimiento comprendía 46 indios, de quienes Enriquillo era el cacique. Francisco de Valenzuela dispensó un trato moderado a los indios asentados en sus predios, pero a su muerte le sucedió su hijo Andrés, persona de dudosos principios morales.

Éste confería un trato odioso y despreciable a los indios, para los que no guardaba ningún tipo de consideración ni respeto. Debido a que no compartía la libertad que su padre había concedido a los indígenas, desde que tuvo el dominio de la hacienda los sometió a una cruel explotación.

Andrés de Valenzuela, envalentonado por el apoyo cada vez más incondicional que le ofrecían las autoridades españolas y atraído por la sin igual belleza de Mencía, llegó al extremo de enamorarla y seducirla. Enriquillo se quejó ante Valenzuela, pero éste, en lugar de reconocer su error, lo injurió y lo golpeó. Mientras tanto, ya rechazado por Mencía, Valenzuela, en represalia por la protesta del indio, incrementó la represión contra los nativos, lo que agudizó al máximo las contradicciones entre los aborígenes y el encomendero. Enriquillo inició un amplio recorrido por los diferentes asentamientos aborígenes, en el que recogió los puntos de vistas de caciques como Villagrán, Matayco, Incaqueca, Gascón, Vasa, Maybona y Tamayo. De esa manera, por los años 1519-1520 los indios iniciaron una caminata nocturna que los llevaría a las montañas de Bahoruco, tierras que habían sido propiedad del padre de Enriquillo, e iniciaron una lucha que se prolongaría por varios años sin que los españoles, que emplearon toda clase de armas y tácticas de guerra, pudieran vencer a los guerrilleros indígenas. Enriquillo, que había aprendido táctica militar con los españoles, preparó un plan de guerrilla consistente en tres normas básicas: Primero, instruyó a los indios para que antes de retirarse a las montañas llevaran consigo todas las armas que fueran capaces de arrancarles a los españoles. Segundo, atacar desde lo alto de las montañas con piedras y otros materiales sólidos que dificultaran la lucha frontal con los españoles. Tercero, colocó a los caciques más valientes en los lugares más escarpados de las montañas, y a las mujeres, ancianos y niños los llevó a lugares seguros para evitar el acceso de los españoles a los mismos. El primer enfrentamiento entre españoles e indios se libró en un desfiladero, en una región cercana al lugar que hoy lleva el nombre del cacique redentor. Los españoles estaban comandados por Andrés de Valenzuela, quien en la refriega fue apresado por los indios, pero se lo dejó en libertad en honor a su padre, quien había tratado humanamente a los indígenas. Luego del ataque de Valenzuela, se produciría un segundo, esta vez de la Real Audiencia, quien llevó tropas mejor armadas y con suministros para combatir varias semanas si era necesario. Empero, los españoles eran recibidos por cargas de piedras que arrollaban caballos y jinetes dejándolos a mansalva de los indios.

Las batallas entre indios y españoles se prolongaron por varios años, hasta que finalmente con la paz de Barrionuevo, tratado firmado en 1533 por el cacique y el español depositario de ese apellido, llegó a su fin la cruenta guerra del Bahoruco. Finalmente se consigna que Enriquillo murió el 27 de septiembre 1535 en la ciudad de Azua tras padecer de tuberculosis desde el mes de agosto de ese mismo año. Enriquillo es conocido a través del relato novelesco de Manuel de Jesús Galván, el que se publicó por primera vez en el año 1882.


 La esclavitud y el exterminio contra los aborígenes, tuvo múltiples factores entre ellos podemos citar la incoherencia ideológica entre los caciques, traducida en luchas tribales. Esto lo demuestra la misma composición de los grupos étnicos donde cada cacique tenía un componente ideológico diferente al otro. Situación que dificultaba poderosamente cualquier acuerdo para la lucha contra un invasor superior tecnológicamente. Guacanagarix, cacique de Marién, siente protección ante la llegada de los españoles en el 1492, por la superioridad de las naves de velas, los cascos de aceros y las armas de los soldados que lanzan fuego; antes las flechas vegetales de los vecinos que los atacan constantemente e invaden su territorio. Mayobanex aquel cacique que el 13 de enero de 1493, recibe a flechazos a los españoles en la bahía de Samaná; caer luego en un estado de ambivalencia que lo lleva al patíbulo. 
Guarionex, cacique de Maguá, se hizo neutral en la mal llamada ¨Batalla del Santo Cerro¨, dejando morir salvajemente de manos de los perros y soldados españoles a muchos de sus súbditos, para luego terminar el también humillado y convertido a la religión del esclavista. Bohechio, cacique de Jaragua, hermano de Anacaona, se aleja de Cahonabo, jefe del cacicazgo de Maguana, que abarcaba  la región del Cibao, pertenecía a la tribu Caribe y era esposo de Anacaona, dominado por el espíritu cobarde de la traición. Solo algunos nitaínos y tainos siguen fieles a la lucha de Cahonabo, tales como Maniocatex, mairení, Guaroa, Cotubanamá, higuanama y Hatuey.  Los gobernadores hicieron su trabajo de esclavización y exterminio; los sacerdotes católicos con el pretexto de salvar las almas se encargaron de infundir sumisión y miedo colectivo; pregonando un infierno después de la muerte donde se quemarían eternamente los ¨salvajes y herejes¨. Quienes eran los salvajes y herejes, todos los aborígenes que se resistieran a ser esclavizados. 
En nombre del catolicismo, Bartolones Colon ordeno quemar vivo a mas de cien aborígenes por supuestamente haber cometido acto de sacrilegio al incendiar una capilla o ermita hecha de pajas. Los repartimientos de Roldan y el pago de tributos fueron componentes esclavistas desde el principio de la empresa colonizadora. La esclavitud contra los aborígenes fue tremenda mente cruel en toda América. Es bueno señalar que fue en esta isla donde se pusieron en prácticas todos los métodos de torturas y barbaries luego llevados a otros lares del continente recién esclavizado. 
En una carta enviada por Fray Pedro de Córdoba al rey de España, dice lo siguiente: ¨Las mujeres a la que todas las naciones por la flaqueza suya suelen perdonar de trabajar, han trabajado y trabajan en esta tierra tanto y mas que los hombres y así desnudas y sin comer y sin camas como los hombres y aun algunas preñadas y otras paridas que ningún Faraón de Egipto aun no cometieron tantas crueldades contra el pueblo de Israel¨.
La pandemia más grande que padecieron estos seres humanos fue la esclavitud, esa maldita rémora del colonialismo más atrasado y vulgar del mundo. En el trabajo forzoso de las minas de oro, en las plantaciones agrícolas, en los hatos ganaderos y en las construcciones de pueblos y caminos dejaron la vida miles de aborígenes. Fray Bartolomé de las Casas, en su crónica de india relata que en el 1492, había en la isla casi tres millones de aborígenes. Cantidad que podemos considerar irreal por varias razones lógicas, pero hay quienes afirman que eran un millón de aborígenes, lo cierto es que apenas quince años después en el censo del año 1507, había 60 mil aborígenes. Eso provoca que para el 1508, se permitiera el ingreso a la isla de aborígenes caribes para trabajar en las minas de oro y en las construcciones de ciudades. En el año 1511 quedaban 14 mil, en el 1518, solo quedaban 11 mil, para el 1529 solo 2,340 y para el censo del 1547, la exterminación era total ya solo quedaba la pírrica cantidad de 150, aborígenes. 


España en el 1492, estaba saliendo de una dominación mora, eso nos indica que no estaba preparada ni política, ni militar, ni económica, ni intelectualmente para tan magna empresa civilizadora. Fray Pedro de Córdoba, en otro párrafo narra los siguientes: ¨los cristianos a quien los indios han sido encomendados y entre quien han estado repartidos, han sido y son ignorantes¨.  Sigue narrando Fray Pedro de Córdoba: ¨han tenido mucho cuidado y diligencia de hacerles sacar oro y labrar otras haciendas, trabajando todo el día entero y sufriendo el ardor del sol, que en esta tierra es muy grande, las aguas, vientos y tempestades, estando descalzos y desnudos en cuero, sudados de la furia del trabajo, no teniendo para poder sustentar la vida, aun sin trabajo maltratados de hambre y sed y en su enfermedades, teniéndolo mucho menos que una bestia suelen ser temidas, porque aun aquellos suelen ser curadas mas ellos no¨. Estos carniceros españoles, que vinieron con las espadas y la cruz de Cristo, eran tan crueles que no solo mataban con el trabajo forzado a los aborígenes, sino que también los mataban de hambres, de sed, y de enfermedades contagiosas que ellos trajeron a esta isla. En una carta firmada por los padres de la orden de Santo Domingo, dirigida a Mr. Xevres el 14 de junio de 1516, les narra los siguientes: ¨ …….Pero los castellanos gastaron las labranzas que ellos tenían para sí, comiendo y destruyendo de forma que le fue forzado a los indios, morir de hambre de la cual murieron tantos que no había quien anduviese por los campos por el hedor¨…… Otro de los abusos narrados es el siguiente: ¨como en esta tierra no había bestias, ni otro animal, ninguno que fuese mayor que un conejo, usaron los castellanos de los indios en lugar de bestia para pasar sus cargas de unas partes a otras¨. Prosiguiendo la misma narración siguen diciendo: ¨Y llevándose cargados sesenta o setentas leguas, la carga que cada uno llevaba eran dos arrobas y como no llevaban ropas estos tristes hombres, sino sobre sus desnudos pellejos, haciéndole mataduras, como a bestias en la espalda; y el establo que de noche les daban los recuadores que los traían era el campo, y al sereno. El mantenimiento era algunos gusanos o raíces que ellos buscaban¨. Siguiendo la cita de los padres de la orden de Santo Domingo. ¨llevaban un cristiano, veinte o treinta indios cargados y atraillados de los pescuezos unos de otros, algunos roían la trilla y dejaban la carga y huía, inventaron los cristianos llevar consigo un perro alano. E porque no se despease el perro, llevándolo dos indios a cuesta, en una de esta cama que llaman hamacas y en huyendo un indio acometíale el perro, el cual ante que llegasen a él, lo destripaba¨. Esto es un ejemplo de los feroz de la esclavitud contra unos seres humanos que su único delito fue haber nacido en esta tierra, en este continente luego llamado americano. Para un español de estos que vinieron, un perro tenia mas derecho que un nativo, una bestia cualquiera era mas importante que un aborigen. Estas cosas no se deben callar como ha sucedido hasta ahora, por complicidad u omisión de historiadores, maestros, iglesia, estado y la mal llamada madre patria. Estos frailes nos relatan otra historia dolorosa, que no debemos callar, porque es un compromiso hacer esta denuncia ante el mundo: ¨ Y fueron tantas las crueldades que pasaron, que solo el día del juicio se podrían conocer; tomar de noche es un bohío, que es una casa de paja, quinientos mil de ellos y guardar las puertas y ponerlas luego de día a cuchilladas como estaban desnudos, acuchillarlos e irse; a los que tomaban por el camino cortaban a mas las manos y diciéndoles: ¨Id contar a los otros¨. Hacían parrillas de maderas y quemándolos vivos y para que no dieran gritos metales palos en la boca, mandabalos despeñar de altas peñas y ellos de miedo que le tenían a los cristianos lo hacían. Ahorcaron una vez de una cumbre de un bohío diecisiete caciques juntos.¨
Los padres de la orden de San Francisco y de Santo Domingo nos cuenta lo siguiente: ¨ entre estos casos que acerca de esta carta pasaron mucho, fue uno digno de llorado, que un mal aventurado cristiano llevaba una vez tres indias cargadas y una se canso y el de despecho de que se había cansado diole una cuchillada y matala y repartió la carga a las otras dos. Canso la segunda hizo lo mismo y por consiguiente la tercera finalmente, a todas las tres la mato.¨


La carta a Mr. Xevres, sigue diciendo: ¨Entre otras crueldades digo una digna de ser muy estimada y fue que cuando llevaban aquella gente cautiva, algunas mujeres paridas por solo que lloraban los niños los tomaban por las piernas y lo aporreaban en las peñas o los arrojaban en los montes, porque allí se muriesen; entre otros aconteció que una vez cerca de un rio tomó un mal hombre un niño de los brazos de sus madres por las piernas y écholo en el rio y allí mostro Dios un milagro que se anduvo el niño cerca de media hora como corcho sobre el agua y que no se hundió, de tal manera que viendo el milagro entraron otros por él y diéronlo a la madre. Esto no fue bastante a quebrantar la malicia de los desventurados cristianos, tornó el niño a llorar y tomólo aquel por las piernas y aporreólo en una peña¨.  Cuanta impiedad, ¡donde estaba Dios!, ¡donde estaba Jesús!, cuanta maldad. Con que derecho eliminar a un pueblo indefenso de toda indefensión. Nos relata el padre las Casas que…¨los indios de esta isla inclinadisimos y acostumbrados a mucho bailar¨. …¨Bailando cantan¨. El Almirante Cristóbal Colon en su diario de navegación narra lo siguiente: ¨Son gentes de amor y sin codicia y convencibles para toda cosa, que certifico ya vuestra alteza, que en el mundo creo que no hay mejor gente ni mejor tierra¨. Luego continua diciendo: ¨Ellos aman a sus prójimos como a sí mismo, y tienen una habla más dulce del mundo y mansa, siempre con risa¨.  Los actos aislados de rebeldía que hubo de parte de los aborígenes, eran producto del maltrato recibido. La carta de los padres de la orden de San Francisco y Santo domingo, nos los confirman con la siguiente narración: ¨En el principio como dicho los indios recibieron a los cristianos con mucho amor, dándole todo lo que tenían, pero ellos no contento de esto, metíanse entre ellos, robándolos o desposeyéndolos de cuanto tenían, tomándole sus propias mujeres e hijas y matando de ellos cuantos querían, no para mas que probar sus espadas¨. Otro episodio espeluznante en toda época y estado de la humanidad es el siguiente: ¨Y yendo cierto cristiano, vieron una india que tenía un niño en los brazos, que criaba y porque un perro que ellos llevaban consigo tenía hambre, tomaron el niño vivo de los brazos de la madre, lo echaron al perro y así lo despedazo en presencia de la madre¨. 
El Fraile Pedro de Córdoba, nos narras como los aborígenes escapaban de este infierno o purgatorio: ¨Por los cuales malos y duro trabajo los mismos indios escogían y han escogido ante la muerte, que tan extraños trabajo, que en vez han convenido de matarse cientos juntos por no estar debajo de tan dura servidumbre. Las mujeres fatigadas de los trabajos han huido, el concebir y el parir y han muerto sus propios hijos, con sus manos por no ponerlo, ni dejarlo debajo de tan dura servidumbre. Los negros que trajeron como esclavos desde España y Portugal en los años 1493, 1498, 1501 hasta el 1506 llamados ladinos, eran tratados mejor que los aborígenes. Estos negros sabían hacer varios oficios incluyendo los domésticos. Pero al unirse con los aborígenes escapaban con estos a los montes en busca de libertad. Esto obligo al gobernador Nicolás de Ovando a escribirle al rey solicitándole no enviar moros cristianizados, porque según el ¨estos se huían, juntánbanse con los indios, le enseñaban malas costumbres y nunca podían ser cogidos como consecuencia de ellos¨. 
En el 1506, llega la Real Orden que ordenaba la expulsión de todos los esclavos berberiscos junto con los nuevos convertidos. Era tan notorio el exterminio de los aborígenes que en el año 1511, llega a la colonia la orden que autoriza traer negros desde África. Ese mismo año entre la Ordenanza Real que autoriza la introducción a la isla de aborígenes de la isla donde no haya oros, al igual que esclavizar a los aborígenes Caribes. Para el 27 de diciembre de 1512, se dictan las Leyes de Burgos para el gobierno de los indios.  A partir del 1512, los aborígenes van a recibir maltratos no solo de los esclavizadores españoles, sino también de los esclavizados africanos. Fray Cipriano de Utrera nos dice los siguientes ¨en realidad los trabajos acababan con aquellos desgraciados, no eran todos trabajo de labor sino trabajos de malos tratos, ni estos malos tratos eran infligidos por manos de españoles, sino de negros, porque si uno bastaba para hacer lo de veinte indios, uno solo se los metía dentro del puño, por poco que les diesen autoridad y vigilancia¨. Para el 1519, cuando se subleva en el Bahoruco, el cacique Enriquillo, solo quedaba en toda la colonia menos de 3 mil aborígenes. 

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