sábado, 1 de marzo de 2014

LA MUERTE DE MAGGIOLO

Maggiolo entro como un trueno.
Gritando a todo pulmón
que Mariquita Cambero,
le estaba pegando cuerno.

La noche tendió su sabana
de templado nubarrón.
Un automóvil de lujo,
salió de su marquesina,
le  murmuro una vecina
en el viejo colmadón.       

Una cerveza ceniza
se le hizo nudo en el buche.
Un cigarro  largo de aroma,
le reventaba un pulmón.

Los ojos ebrios de celos,
los bucles de sus cabellos,
Se les prendieron de rabia.
Sus pasos eran jadeantes,
zic za de la borrachera.

En la calle del ensanche,
su voz vomitaba hiedra.
Entraba por las esquinas,
salía por donde quiera.


gritando como felino,
voceando como culebra,
dejando en las  callejas,
su naturaleza afuera.

-¡Hoy Mariquita te mato,
hija de Juan borrachera!
¡Hija de Lola la plebe,
nacida en una taberna!-

-¡Esta noche no te salva
Ni Santa Marta la Negra!-
-¡Esta noche habrá velorio,
mi apellido no rueda!-

Así entró a su casa,
Maggiolo, un hombre bueno.
Lo fulminó el rumor…
otros  dicen que los celos.


TIRSO MEDRANO

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